Amando DE MIGUEL
Debo confesar que mi interés por este trabajo se incubó en el consejo que nos diera a sus estudiantes un eminente profesor de Sociología, Enrique Gómez Arboleya: “Para entender la sociedad española hay que acudir a las novelas de finales del XIX y principios del XX”. A esa lectura me animó también mi maestro Juan J. Linz, cuya idea programática era que un sociólogo no debe especializarse demasiado; antes bien, debe estar dispuesto para interpretar tanto estadísticas como textos literarios. Mi lista de publicaciones da fe de tal propósito. Lo que me acucia es llegar a entender la sociedad española por cualquier lado que se la mire. No es solo que los autores consultados constituyan una valiosa fuente de información sobre la sociedad española del momento. Representan algo más: se muestran como unos buenos conocedores de la naturaleza humana y, por lo general, son unos excelentes artífices del idioma castellano. (Amando de Miguel en el Capítulo: Las novelas como fuente de conocimiento). 10